En 2006, Vineet Nayar, presidente y CEO de HCL Technologies, hizo una declaración inesperada a los clientes más importantes de la empresa.

En resumen, anuncio una reorganización en la estructura, las prioridades de la empresa y una nueva estrategia a la que llamó “primero los empleados, los clientes después”.

Un cambio significativo y trascendental, que dos años después, la revista Fortune calificó como “la idea de gestión empresarial más moderna del mundo”.

Aunque todo ha evolucionado y ahora las personas son la quinta “p” del marketing, a menudo cuando se piensa en branding, se cae en el equívoco de ignorar a la gente que trabaja en la empresa.

Queda mucho camino, es cierto, sin embargo, poco a poco las personas están pasando de la desatención a ser consideradas como el activo más importante de la empresa.

Hoy es un hecho por todos conocido que, si la persona está satisfecha, trabaja mejor, rinde más, aporta más ideas y se implica en el proyecto.

Por eso, la comunicación interna es una respuesta en términos de gestión y, por tanto, una parte fundamental de toda marca.

Su principal función es apoyar la estructura de la iniciativa empresarial y su alcance debería crecer de acuerdo a la importancia que la empresa concede en su desarrollo y competitividad a sus recursos humanos.

Además de crear las condiciones necesarias para la consecución de la estrategia general de la empresa, lograr la motivación, satisfacción e implicación de los trabajadores, la coherencia de las acciones, el cambio de actitudes y la mejora de los resultados en la actividad.

Cómo alinear la organización a la estrategia de marca

El mundo del móvil, la televisión, WhatsApp, Tinder, Spotify, YouTube, TikTok, Discord e Instagram, siguen extendiendo su ámbito de influencia y alcanzando todas las estructuras básicas.

La penetración, intensidad de uso, frecuencia y consumo de las redes sociales, sitios webs, aplicaciones y la capacidad de atracción e interacción de los contenidos generados por los usuarios para establecer relaciones sólidas y duraderas con una marca nunca fue más relevante que ahora.

La información al alcance de quien quiera, el contacto de usuario a usuario y la inmediatez de los comentarios en entradas de redes sociales, vídeos, imágenes; opiniones, posts, redes sociales o foros y artículos en blogs favorecen la simbiosis entre la comunicación externa e interna online y offline. Por eso es necesario:

Desarrollar una estrategia de marca

La estrategia de marca establece las ideas o conceptos que aspiramos a que los públicos asocien con nuestros servicios y productos.

Es la base que sostiene el proceso de construcción de una marca. Nos ayuda a saber por qué existimos o somos relevantes para cierto tipo de gente y tener una clara predisposición a decidir o responder ante las situaciones de manera consistente.

A identificar una dirección y alinear a las personas de la organización para conseguir un impacto más grande, nuevas oportunidades, mejorar los resultados y un alcance mayor.

Nos ilumina en el momento de pensar en la interacción de todos los puntos de contacto que la marca tiene con sus públicos internos y externos. Asegura la consistencia e incrementa la reputación y la confianza.

También, la estrategia de marca aumenta la retención de talento y el atractivo de la empresa ante potenciales personas trabajadoras que estén alineados con los mismos valores y demandas sociales.

Apoyarse en la fuerza de la comunicación interna

En toda empresa se producen infinidad de “ruidos” que complican el dialogo interno y entorpecen el logro de las metas empresariales relacionadas con la marca.

Descuidar la comunicación interna implica aceptar riesgos relacionados con la eficacia, eficiencia y competencia, porque el intercambio de información es necesario para que el “alineamiento estratégico” sea entendido y desempeñado por toda la organización.

Desde la experiencia, la comunicación interna ayuda por un lado a conectar con los propósitos y valores de la cultura organizacional y por otro, comprometer a las personas trabajadoras para que aprecien lo que la empresa hace por ellas.

Aparte de integrar a las personas y equipos de la organización con la intención de que se conozcan, valoren y tengan información recíproca para lograr un desempeño más efectivo, positivo y mejorar la organización.

Según mi punto de vista, cuatro son los principios más generales que rigen la función de comunicación interna en la empresa:

Su integración en el management de la empresa.

Hacer visibles, evidenciar y poder “tocar” de manera real los valores de la empresa.

Escuchar a los distintos grupos de personas trabajadoras para reforzar la cohesión.

Una evaluación permanente de las acciones.

El reto es contribuir a promover organizaciones más efectivas. Para hacerlo posible, hay que reforzar los vínculos entre trabajadores y organización, con el fin de compartir los desafíos estratégicos, construir una identidad organizacional fuerte, ágil y contribuir a que las personas se sientan orgullosas de la empresa y del valor que aporta a la sociedad.

Ya sabes, una marca fuerte, primero tiene que serlo por dentro.