Joseph Klatzmann, decía que el humor judío es un mecanismo de defensa con la finalidad de “reír para no llorar”. Tras dos años de pandemia, la injustificable invasión rusa de Ucrania y el incierto contexto económico, a veces uno piensa que no es momento para bromas.

Sin embargo, el humor ocupa un lugar destacado como proceder para cuestionar la actitud de las personas que no aceptan los comportamientos, opiniones o ideas distintas de las propias y la desenfrenada automatización de la vida.

El humor es parte de la actividad básica y singular de los hombres y mujeres, de la misma manera que el pensamiento. El humor (y la risa), es una especie de pegamento social y una oportunidad enorme para atribuir un carácter más humano a la marca, generar simpatía y atracción.

Usar el humor de manera apropiada en branding crea empatía hacia el producto, asegura una mayor atención de las audiencias, proporciona un mayor recuerdo y echa una mano a viralizar la comunicación de marca.

Según el estudio AdReaction de Kantar, los anuncios humorísticos son más atractivos y distintivos, pero solo un tercio de los anuncios analizados por la consultora incorporan algún tipo de humor, aunque la mitad de los ganadores de los premios Kantar Creative Effectiveness Awards del pasado año lo utilizan.

Además, el humor en la estrategia de marca puede ayudar a vender, porque estimula la capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad, encontrar puntos en común, sorprender, reducir cualquier percepción negativa y generar vínculos emocionales más fuertes.

A pesar de ello, ¿por qué se usa menos el humor?, ¿vivimos en un mundo más serio? Posiblemente no, con independencia de lo que está pasando hoy y siempre, ha habido espacio para el humor, lo que ha cambiado es que existe una tendencia opuesta al placer, el equilibrio personal, lo lúdico, lo risible y lo jocoso.

¿Qué tipo de humor funcionará mejor para tu marca?

Desde mi punto de vista como consultor de branding, el humor que tiene como intención hacer que una persona no sepa cómo reaccionar ni qué pensar o decir, generalmente por medio de algo inesperado o sorprendente, porque suele dar menos importancia a las cosas, desbaratar verdades y transgredir valores o rutinas.

Implica una actitud abierta e innovadora. Al contar un chiste evitamos la razón y la lógica, de tal modo que percibimos al instante una sensación súbita de alegría.

El humor “humorístico”, la broma o el chiste es un instrumento discrepante, opuesto a la cultura, socialmente aceptado que permite liberar los impulsos o sentimientos considerados inconvenientes que se impone a sí misma una persona.

La publicidad algunas veces adopta situaciones cómicas, anécdotas divertidas, que de suceder en realidad resultarían graciosas, errores o distracciones susceptibles de provocar la risa.

En este sentido, también los hechos infrecuentes, raros e insólitos o hacer las cosas de manera insensata, irreflexiva, sin considerar o sopesar sus consecuencias, adquieren valor cómico en el contexto del anuncio. En esencia, lo que causa risa es algo que se contrapone a la vida.

El humor llamado “irónico” es consciente de que el mundo carece de lógica, pero no lo intenta corregir y da a entender lo contrario de lo que se dice. En lugar de manifestar lo que piensa, simula pensar lo que opina.

Es una actitud vital y espontánea, que determina la manera de relacionarte con el universo y con aspectos profundos de la vida, creencias, ideas y actitudes de una persona.

Una de las cualidades del humor irónico, es la continua puesta en duda de lo que te rodea y en especial, de los símbolos universales, como los arquetipos del inconsciente colectivo.

El humor satírico expresa un sentimiento de intenso enfado provocado por un acto que se considera injusto, ofensivo o perjudicial hacia alguien o algo, con un fin moralizador, divertido o burlón.

Entre los métodos ideados están la farsa, la ironía, la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía, las dobleces y el absurdo o el humor negro.

Lo satírico, es una crítica reflexiva y educativa. Se alimenta de lo absurdo. Emplea lo inusual, raro y extraño de la vida cotidiana, en ocasiones rodeado de frivolidad y a veces, de inocencia.

Son sus elementos de contraste los que nos sorprenden. Como muestra de ello, el humor negro, busca hacer reír en situaciones que por lo común provocan compasión o pena y traer la risa allí donde hay dolor, a modo de defensa, para censurar las costumbres y normas o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad.

“El humor es una cosa muy seria” decía Winston Churchill y, además, una oportunidad enorme para humanizar cualquier marca en Zaragoza y más allá del Pilar, captar la atención y generar afinidad.

¿Quieres saber qué tipo de humor podría usar tu marca?