Todos buscamos ser reconocidos: como personas, como empresas, como productos, como marcas. El reconocimiento depende de la identidad. La identidad se basa en los valores que a su vez se construyen con la reputación.

Todo y todos somos únicos, pero nada es único. Sin embargo, ser diferentes se ha vuelto esencial. En estos tiempos tan intensos, las marcas tienen que responder a nuevas iniciativas e identificar las oportunidades de negocio.

Hoy necesitamos marcas vivas casi tanto como las marcas para vivir. El mundo ha cambiado y se precisan nuevas maneras de pensar si se quiere comunicar bien para ser relevantes.

Hoy día, en Zaragoza, Aragón y todo el planeta, la marca es reconocida como esencial y un activo estratégico con valor real en los resultados del negocio, porque construir e invertir en marca es rentable. Por eso, es importante explicar el significado de los territorios de marca.

Un territorio de marca es un espacio conceptual que determina el posicionamiento competitivo y de comunicación. Son contextos (lugares, situaciones, temáticas, momentos, etc.) con los que la marca quiere que sus públicos la asocie y relacione para lograr empatía, afinidad y engagement con la marca.

Establecer el territorio de marca es importante porque nos permite enfocar aquellos valores y atributos que utilizar en la construcción de la marca y asociarlos a un medio, evento, actividad o ámbito y clave fundamental para saber qué tipos de contenidos crear y publicar, por ejemplo, en social media.

El territorio de marca define, qué lugar querremos ocupar en el mercado, cómo queremos competir, y con qué queremos que se nos asocie y poder ser relevante en ese espacio competitivo concreto.

En resumen, Si eres Ariel eres el que lava más blanco, si eres BMW simbolizas el placer de conducir. Eso es un buen posicionamiento. Eso es ganar.